sábado, 19 de enero de 2013

¿Que hacen los ángeles en el cielo?


En la teología cristiana por mucho tiempo se ha discutido la pregunta ¿Qué hacen los ángeles en el cielo?; En una oportunidad le preguntaron al maestro Eckhart: -¿Qué hacen los ángeles en el cielo?- Él respondió: -¿Qué clase de imbécil eres? El cielo es un lugar para celebrar, no hacen nada. Celebran su gloria, su poesía, su florecimiento, su magnificencia, bailan y celebran. Dudo mucho que esta persona haya entendido lo que el maestro quiso decirle, para hacerlo se necesita salir de los esquemas impuestos por años y ver la realidad.

Las personas viven constantemente en actividades y actividades, buscando llenar el inmenso vacío dentro de sí; el vació como ya he mencionado en otras ocasiones proporciona un gran temor a todo el mundo, la quietud y el silencio son simplemente inconcebibles en la mente de cualquier persona que esta envuelta en mil cosas. Para nada estoy diciendo que la actividad sea mala, lo es cuando proviene de tu ser obsesivo que busca huir de sí mismo y de la realidad.

Todo el mundo está corriendo a mil por horas, e incluso cuando deciden “ir de vacaciones” no hacen más que regresar cansados, debido a que huyen de algo que no pueden escapar, de algo que forma parte de ellos, el estrés y el constante deseo de trabajo no es proporcionado por el medio en el que nos encontramos, no es más que una invención de nuestra mente en respuesta de NO SABER qué hacer con el VACIÓ.

“Los ángeles solo celebran” quien celebra se olvida de que algo falta, el simplemente convierte su vida en un cantar, en una danza hermosa de agradecimiento; podemos cada día despertarnos y ver como sucede todo, como se abren las flores ante el amanecer, como brilla el sol y como el viento rosa tu rostro de manera sutil y perfecta, el observar, el detallar cada una de estas cosas y todo aquello que hacemos, si detallamos, si meditamos mientras accionamos, la actividad desaparece, el deseo de buscar un llenado desaparece, y la religión se vuelve esencia, se vuelve mágica, ya no serás un tonto obsesivo que busca hacer de todo para cubrir un hoyo, ahora estás viviendo el vació que no es más que tu verdadera esencia.

En una oportunidad me tope con alguien que fumaba en el pasado, por curiosidad quise saber cómo había dejado este vicio, esta obsesión; me comento que empezó un régimen de planteo mental, cosas como vivir un día a la vez y reemplazo, reemplazar aquel mal habito por otra cosa menos dañina; fue entonces cuando entendí que dentro de sí el verdadero problema no había desaparecido, la obsesión y el deseo constante seguían dentro de sí, solo se estaban manifestando de formas distintas; Osho dice en su libro “creatividad” –Quien abandona el cigarrillo, solo está forzando su ser a buscar un nuevo medio de desahogo, entonces comienza a mascar chicle, esto es inofensivo, pero en algunos casos se liberan de estos superfluos y dan rienda suelta a su boca, esto sí es dañino, y aquí es donde vemos a personas que hablan desenfrenadamente, la obsesión sigue latente, su mente no para de hablar constantemente.
Relajarte es abandonar la actividad de tu mente, hacer silencio y solo observar; si fumas cigarrillo intenta fumar más despacio, siente cada aspiración y conviértelo en una meditación, medita mientras fumas… poco a poco te darás cuenta de lo que te haces, poco a poco veras que ya no es una carga y dejaras a un lado los estúpidos argumentos, solo siéntelo disfrútalo, luego veras como se cae de tu mano; digo se cae porque si lo tiras, esto implica una actividad, tu mente seguirá queriendo fumar y solo estás haciendo lo que crees que es correcto, pero no, aun no lo entiendes, ni quieres hacerlo, al meditar nacerá el querer, y el querer hará que se caiga de tu mano como cuando un árbol muda una hoja de su rama, el no la tira, ella se cae porque sabe que ha llegado su tiempo y ha cumplido su misión en el árbol.

Danza, canta, alégrate, tienes mil motivos para hacerlo, mira a tu alrededor, mírate a ti mismo, medita mientras camina y olvídate del tiempo, descansa en el vacio de tu mente observadora, calla tu parloteo interno y deja que el descanso se produzca solo de la meditación.

¡Namaste!
Por: Yisra 

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