lunes, 23 de abril de 2012

Cultivos del Alma




“La felicidad no es un árbol, es el aire, no es una semilla, es la tierra misma”

A menudo suelo pensar que si siembro amor recogeré este, ya que es una ley tasita de casa y efecto. Pero existen ciertas cosas que no deben ser sembradas ni deben nacer y ser cultivadas, solo sentidas. No puedes decir que recoges el aire, ni puedes meterlo todo en una bolsa, ni aun la mas inmensa, es algo que sientes y disfrutas, que roza tu piel y te llena de gratitud.

La felicidad no debe depender de una semilla, debe ser el factor que le da crecimiento a la misma, al igual que el amor.

¿Por qué no debo sembrarlo?
No siempre que siembras, recoges, por ende, no siempre que hagas feliz a alguien, se te devolverá por el mismo canal, quizás si vemos la alegoría de la felicidad como el aire, lo sentirás donde estés y de la dirección que menos esperas.

Esto nos libra de las expectativas, y así mi intención de dar se convertirá en algo puro, no esperare nada a cambio, solo será parte de mi, y fluiré como el viento a través de todos.

Vivir feliz es vivir aquí y ahora, no importando la situación en la que me encuentre, crezco fuerte y radiante, como la flor de loto crece en un pantano e irradia belleza, me sobrepongo a la situación a mi alrededor e irradio la belleza de los creados y lo Eterno.

By. Yisra 

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