“La
felicidad no es un árbol, es el aire, no es una semilla, es la tierra misma”
A
menudo suelo pensar que si siembro amor recogeré este, ya que es una ley tasita
de casa y efecto. Pero existen ciertas cosas que no deben ser sembradas ni
deben nacer y ser cultivadas, solo sentidas. No puedes decir que recoges el
aire, ni puedes meterlo todo en una bolsa, ni aun la mas inmensa, es algo que
sientes y disfrutas, que roza tu piel y te llena de gratitud.
La
felicidad no debe depender de una semilla, debe ser el factor que le da
crecimiento a la misma, al igual que el amor.
¿Por
qué no debo sembrarlo?
No
siempre que siembras, recoges, por ende, no siempre que hagas feliz a alguien,
se te devolverá por el mismo canal, quizás si vemos la alegoría de la felicidad
como el aire, lo sentirás donde estés y de la dirección que menos esperas.
Esto
nos libra de las expectativas, y así mi intención de dar se convertirá en algo
puro, no esperare nada a cambio, solo será parte de mi, y fluiré como el viento
a través de todos.
Vivir
feliz es vivir aquí y ahora, no importando la situación en la que me encuentre,
crezco fuerte y radiante, como la flor de loto crece en un pantano e irradia
belleza, me sobrepongo a la situación a mi alrededor e irradio la belleza de
los creados y lo Eterno.
By. Yisra
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